¿Está bien que el gobierno de Samuel García solicite deuda a largo plazo?
Eloy Garza
Me preguntan si está bien o mal que el gobierno de Nuevo León pida deuda de largo plazo para responder a los daños provocados por la tormenta Alberto, que el PRIAN en el Congreso local quiere complicar.
Para empezar, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, nuestro estado tiene un nivel de deuda sostenible, según el Resultado del Sistema de Alerta, y esto deben considerarlo los legisladores locales.
Y te recuerdo que hace unos días la Tesorería estatal lanzó la nueva licitación para adquirir deuda de largo plazo destinada a proyectos de inversión.
Los créditos solicitados por la dependencia de Carlos Garza sumarán $4,680 millones de pesos, cifra que empareja la bolsa de $4,810 millones que la administración de Samuel García estimó para subsanar los estragos por Alberto.
La licitación por $900 millones de pesos está fechada para el próximo 19 de julio, y los $3,780 millones se adjudicarán el próximo 6 de agosto.
Hay endeudamiento bueno y malo. Te daré algunas razones por las que tiene sus ventajas que la administración de Samuel García pida deuda de largo plazo, que es endeudamiento bueno.
Por un lado, este tipo de deuda es ideal para financiar infraestructura. ¿Por qué? Porque de esta forma se gestionan mejor los ciclos económicos.
Con esto me refiero a que la deuda de largo plazo da pie para que el Estado atenúe los efectos de los períodos de desaceleración económica o ingresos fiscales limitados y ayuda a mantener el gasto público en áreas críticas sin depender exclusivamente de ingresos corrientes o impuestos.
Así, desde mi punto de vista, se evitan recortes tajantes y extremos que repercutan negativamente a los nuevoleoneses.
Por otra parte, me resulta muy interesante que con deuda de largo plazo puedan conseguirse tasas de interés más favorables. Con tasas de interés bajas, el gobierno de Nuevo León se beneficia, reduciendo el costo financiero total de la deuda. El servicio de la misma se vuelve más sostenible a lo largo del tiempo. ¿Qué conseguimos con esto? Simple: diseñar planes de desarrollo de largo aliento.
Es decir, se pueden operar obras que no podrían financiarse con los recursos fiscales actuales, pero que pueden generar beneficios económicos y sociales a largo plazo, dando razón de ser al endeudamiento.
Entendamos que lo principal es diversificar las fuentes de financiamiento. Depender exclusivamente de ingresos fiscales limita las opciones de inversión y desarrollo.
La deuda de largo plazo brinda una fuente adicional y diversificada de financiamiento que complementa los ingresos tributarios de Nuevo León y vuelve más flexible la gestión presupuestaria.
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