La visita de Samuel García a Claudia Sheinbaum: ¿cómo se distorsiona la información?
Eloy Garza
Noam Chomsky decía en los años 80 que el poder mediático representaba a la elite económica y gobernante. Hoy, la tesis de Chomsky tiene diferencias notables. Cierta prensa norteada presiona para fijar su agenda propia.
Su crítica estriba en destruir a un enemigo de sus intereses propios y no en escudriñar la verdad.
Eso no es crítica: es querer gobernar como poder fáctico.
Por mínima simpatía que se le tenga a Claudia Sheinbaum o Samuel García sería una inocentada pensar que el encuentro en la casa de transición de la próxima mandataria el pasado martes era para sacarse una foto y publicarla en redes. Tanta especulación se cae por su propio peso.
Sheinbaum se toma fotos con los gobernadores que la visitan. Es normal que después de un par de horas de analizar fondos de infraestructura y recursos para obra pública la charla se rubrique con una imagen testimonial. Decir que esa foto es el único factor a considerar es un golpe bajo.
Creer que en una visita formal la única agenda es una negociación electoral, como dicen los enemigos de la próxima presidenta y del gobernador, implica reducir a su mínima expresión el sentido común.
Son muchos fondos y recursos federales en juego. En Nuevo León tenemos trazadas obras como presas, carreteras, metro, red de distribución de agua, nearshoring y proyectos del estado que igual benefician al resto del país. Otro tema acordado es el proyecto de Sheinbaum para un tren de pasajeros hacia Laredo, proyecto que el gobernador planteó extender hasta San Antonio, Texas.
Enseguida, como es usual en la gestión pública normalizada, el equipo profesional de Samuel tendrá que darle seguimiento en cada área correspondiente del próximo gabinete presidencial.
¿Tan difícil es entender lo anterior?
¿Por qué entonces se patrocina una campaña de guerra sucia en redes sociales intentando persuadir a la opinión pública de que esta visita de Samuel García a Sheinbaum sólo fue para tomarse la foto y “quedar bien” con la próxima presidenta? A otro perro con ese hueso.
A la manipulación informativa que persiguen intereses creados y no la verdad a secas Chomsky la denomina “consenso manufacturado”. Si quieres ahondar en el tema, lee el libro Manufacturing consent: The political economy of the mass media publicado en 1988 o entra a mi pódcast Eloy Garza Sin Censura, donde lo explico a detalle.
La traducción al español se titula Los guardianes de la libertad.
Y tú ¿qué opinas sobre esta distorsión que hicieron deliberadamente de la visita de Samuel García a Claudia Sheinbaum?
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